Biografía


Cuando tenía 24 años viajé a Japón. Durante dos años practiqué Aikido en un dojo (centro tradicional de formación), donde muchos profesores diferentes enseñaban diariamente a cientos de alumnos de diferentes niveles y edades. La forma de enseñar era muy diferente a la que había encontrado hasta aquel momento. Asimismo, al observar a mis compañeros noté que había enormes diferencias en el estilo de movimiento, el ritmo de aprendizaje y la elegancia de ejecución. Esta experiencia me hizo reflexionar sobre el movimiento y el aprendizaje, e hizo que buscara trabajo hecho en este campo. Así fue cómo entré en contacto con el trabajo de Moshe Feldenkrais. Desde las primeras páginas de su primer libro (“El Poder del Yo”), sentí que había encontrado algo que me resultaba trascendente y significativo. Esta sensación me llevó, dos años más tarde, a seguir un curso de formación de profesionales en Feldenkrais bajo la dirección de Eilat Almagor y Anat Baniel, del que me gradué en 1998. Tras veinte años y mileres de sesiones sigo descubriendo cosas nuevas cada dia. Para mí, el trabajo de Feldenkrais es, básicamente, un método de investigación muy eficaz que me permite investigar el movimiento corporal y la acción por mí mismo, en mí mismo y en mi trabajo con los demás.

 

Poco después de graduarme como profesor diplomado en Feldenkrais tuve el placer de estudiar un Máster en Letras en el Instituto Cohn de Historia y Filosofía de la Ciencia y Ideas de la Universidad de Tel Aviv. Cuatro años de investigación profunda en historia y filosofía de la  ciencia me enseñaron a pensar de forma crítica en lo que hago y a estudiar la dinámica en la construcción de un cuerpo de conocimiento. En mi Tesis de Máster, analicé el concepto de “aprendizaje” tal como se utiliza en la investigación biológica y psicológica. El análisis de la forma en la que nuestro sistema de creencias y el contenido intuitivo que damos a los conceptos influye en nuestra manera de pensar y actuar, tanto en la vida cotidiana como en el contexto de la construcción de un cuerpo de conocimiento (p.ej. un método), se ha convertido en una herramienta poderosa que utilizo desde entonces.   

Más o menos al mismo tiempo en que me gradué en la formación en Feldenkrais decidí que quería aprender a cantar. Nunca antes había cantado. Es más, siempre pensé que no debía ni siquiera intentarlo, porque no tenía talento para ello. No recuerdo bien por qué decidí hacerlo, sólo recuerdo la sensación que me produjo la primera clase. De repente me di cuenta de la gran brecha existente entre la imagen que tenía de mí mismo y lo que realmente podía hacer con mi voz. Desde entonces trabajo la voz humana como función y acción, solo y junto con otras personas tales como profesores de canto y logopedas. También le enseño a la gente a encontrar nuevas maneras de utilizar su voz.

 

Estos últimos diez años he vivido con mi familia en Cataluña (España). Soy un emigrante, alguien que se crio en una cultura y vive en otra. La vida de un emigrante supone un proceso de adaptación constante a lo nuevo, haciendo frente a lo desconocido, deseando cosas que has dejado atrás. También es una oportunidad para aprender sobre el papel de la familia, los amigos y la sociedad en la vida personal.

 

En mi trabajo diario me encuentro con gente perteneciente principalmente a tres grupos: niños con problemas del desarrollo, adultos con un nivel de funcionamiento inferior a su nivel normal, y gente que quiere superarse, tales como músicos, bailarines, o atletas. Con cada uno de ellos intento encontrar las condiciones necesarias y la forma para que sientan mejor lo que hacen, y aprendan a hacer algo de lo que antes no se creían capaces.

 

Ohad Nachmani.-